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Diario YA


 

Pilar Muñoz, psicóloga, acierta con su brillante artículo sobre la "ley de plazos del aborto"

El plazo de la ley

Después del último congreso que ha tenido el grupo socialista, se ha dispuesto una serie de “medidas” sociales encaminadas a reconsiderar el tramo vital, siempre desde el albur de un puñado de hombres tildados de vanguardistas.

Lenta pero firmemente se está imponiendo una ley antinatural, una ley que atenta contra la moral objetiva y la ley más antigua que tiene el ser humano: la vida; entendida desde sus comienzos hasta su final natural. El planteamiento cartesiano expuesto en los múltiples congresos cientifistas y rigoristas van condicionado (cual ratas de Paulov) a toda una población, tratándola como un experimento de ingeniería social. Así pues, nos encontramos dando cobertura moral o simplemente lingüística, porque se nos va colando en nuestro vocabulario frases e ideas silentes muy peligrosas:
 
1¿Podría haber algún caso donde verdaderamente cabría aplicar estas leyes: algún embarazo específico, algún moribundo concreto?
 
2¿La ciencia puede asegurar y garantizar el acomodo para practicar moralmente estas prácticas?.
 
Rotundamente, NO, cualquier planteamiento que nos hagamos en esta dirección estaremos dando cobertura a ese experimento que pretenden imponernos con esta “ley de plazos”, que es ni más ni menos que un plazo para una ley letal y exterminadora.
 
A vueltas con el cientifismo, el cual es muy socorrido para llevar el agua a nuestro molino, y desde él, entresaco conclusiones que son evidencia empírica. Más allá de esta verdad, se encuentra la ambición de grupos políticos o la conveniencia social de vivir una corporalidad no deseada y patológica, desposeída de su dimensión creadora.
 
El Dr. Reagan en su informe “Fetal Pain and Abortion” explica las siguientes cuestiones médicas.
 
1.       Cuando se producen los abortos, los niños no nacidos que están siendo destruidos sienten un dolor intolerable”
2.       Los niños no nacidos expresan el dolor, no por el lenguaje, sino por el llanto, hecho constatado por las técnicas de imagen.
3.       Antes de finalizar el segundo mes de embarazo, hay una clara respuesta del feto a los estímulos: placenteros o desagradables.
4.       Entre la octava y la décima semana, ya se puede detectar la actividad del tálamo, donde se encuentra el centro del dolor.
 
Todo esto nos indica que mientras más investigan sobre la vida prenatal, más se impresionan de la vida independiente y la búsqueda de perseveración que se dan en el habitante del vientre materno. Pero esta evidencia, de la VIDA intrauterina no parece estar presente en la “Ley de plazos”, lo que sí es, si no lo remediamos entre usted y yo es que de buen seguro habrá un plazo corto para imponernos esta ley.

 

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